Hemos empezado el curso situándonos en el siglo XIX y estudiando la situación de España en aquella época. La profundización parece que será muy amplia, pues en solo unas clases ya hemos tocado muchos temas diversos.
Además, poco a poco nos hemos ido adentrando en la figura de Pío Baroja, el escritor del libro que leeremos este año. Hemos trabajado este autor muy a fondo, pues es un referente para el estilo de escritura de la época que trabajamos. La información de Baroja que se puede encontrar en internet es demasiado extensa, por lo que he hecho una síntesis de los apuntes de clase y los he ampliado con datos relevantes de internet.
A finales del siglo XIX, en el año 1888, España perdió las colonias de Cuba, Filipinas y Puerto rico. Delante de la situación pésima de España en aquella época, hubo dos reacciones diferentes entre la gente; unos creían que se podía solucionar la situación con el esfuerzo de todos, mientras que otros se decantaron por el pesimismo.
Durante esta época, el analfabetismo en España era muy alto y las condiciones de vida del campo y el pueblo bajo en general eran muy duras. En consecuencia, la gente tenía una visión muy negativa de España.
Pío Baroja
Pío Baroja, nacido en San Sebastián el 1972, es el autor con el que hemos empezado a trabajar los rasgos de los escritores de ésta época. Él vivió en el período en que había mucha movida intelectual por toda España. Los intelectuales eran gente que tenía interés y curiosidad por mundos amplios (literatura, arte, ciencia, tecnología, etc.). Los pequeños burgueses, que eran los que impulsaban el ámbito intelectual, solo escribían para la pequeña burguesía, y por lo tanto no existía una literatura proletaria.
Vida
En la época de Pío Baroja, las familias eran un núcleo muy unido y todas vivían juntas. En San Sebastián, su ciudad de origen, habitaban unas 40.000 personas y todas se conocían entre ellas. El padre de Baroja era ingeniero de minas (oficio fundamental con mucha formación) por lo que su familia cambió de ciudades muy a menudo. Eso repercutió en el carácter social de Baroja, y lo ha reflejado en muchos de los personajes de sus novelas, cómo Emanuel de La Busca. Des de bien pequeño, Baroja tuvo gran afición a la lectura y leía mucha filosofía.
Baroja estudió la carrera de medicina, pero al cabo de un tiempo se apartó y se dedicó a escribir. Madrid fue su lugar de residencia, y allí se dedicó a las revistas y las publicaciones periódicas, que se habían puesto muy de moda, antes de dedicarse a las novelas.
Por lo que se cuenta de Baroja por internet y la información que se nos ha dado en clase, se puede deducir que era una persona solitaria, dado que no tenía habilidades sociales. Parece que, aunque era extremadamente inteligente y muy culto, tenía una visión especial de las cosas. Lo que hacía era disfrazar su timidez i retraimiento con actitudes i modales irónicos. En definitiva, Baroja era un ser muy especial debido a su carácter raro.
Aunque sí que intervino en política activa, Baroja no militó en ningún partido. Adoptó una postura escéptica que lo aisló progresivamente del reconocimiento social.
Obra
En sus inicios, el joven Baroja escribía sus obras guiándose por la intuición y decía que la escritura no tenía técnica. Sus primeras obras ya reflejaban su pesimismo vital, fruto de su gran admiración por el filósofo alemán Arthur Schopenhauer. Así pues, las ideas de la filosofía alemana impregnaron sus obras desde que empezó a escribir. Tiene un estilo muy ágil; en sus novelas abundan los diálogos rápidos y las descripciones son breves e impresionistas.
Los temas más tratados en las novelas de Baroja son la apatía, la pasividad, la desgana, la inactividad, etc. En los personajes de sus novelas refleja su propio carácter poco social y muchas de ellas tienen tientes autobiográficos. También trata el tema de la bondad; en la época apareció la idea de que el hombre es un bueno por naturaleza, y el ilustrado filósofo francés Jacques Rousseau decía que era la sociedad la que corrompía al hombre.
A lo largo de su vida cómo escritor, Pío Baroja publicó más de cien obras. Como todos los novelistas de la posguerra, sufrió los efectos de la censura, por lo que no pudo publicar su novela Miserias de la Guerra sobre la Guerra Civil. Cuando en 1911 publicó El Árbol de la Ciencia, la lectura que trabajaremos éste primer trimestre, Baroja ya había publicado 17 obras. El Árbol de la Ciencia supuso la consolidación de Pío Baroja como escritor, y le otorgó un gran prestigio. Fue tan reconocido como escritor que ingresó como miembro de la Real Academia Española el 1935.
El 1912 Baroja compró un caserón en las afueras de Bera de Bidasoa, en el País Vasco, y se instaló allí con su familia. Le puso de nombre a la casa Itzea, y vivió allí hasta su muerte en 1956. Hoy en día, Itzea es una biblioteca con más de 30.000 libros referentes a la cultura vasca.
Hay dos errores de fechas, su nacimiento y la perdida de las ultimas colonias españolas.
ResponderEliminarGracias, anonimo!
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